Podremos estar a millas ideológicas, culturales o sociológicas, pero la camiseta de fútbol hermana a personas de todos los continentes trascendiendo el propio deporte, pues no hace falta ser un gran futbolista ni tampoco ser un forofo apasionado para llevarla puesta y sí ‘sentir cosas’; como mínimo, el hecho de formar parte de una familia mucho más grande. Una opción sólida para vestir tanto dentro como fuera del estadio. Nigeria (local) El fenómeno mercadotécnico del Mundial.
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